“De la hermenéutica del sujeto al cuidado de sí foucaultiano como práctica de la libertad”
Arturo Gutiérrez Luna
Capitulo I
Me parece que la apuesta, el desafío que debe poner de relieve cualquier historia del pensamiento, es precisamente captar el momento en que un fenómeno cultural, de una amplitud determinada, puede constituir en efecto, en la historia del pensamiento, un momento decisivo en el cual se compromete incluso nuestro modo de ser sujetos modernos.
Michel Foucault. La hermenéutica del sujeto
La indagación obstinada, cuyas preguntas lleven a donde lleven, caracteriza a Foucault, filósofo de Poitiers, fabuloso e imbatible decantador de archivos y discursos. Desde sus páginas irradia discusión desde cada pertrecho que visita. Es el gran discutidor. Hace una paciente labor de vuelta de tuerca. Reconsidera, recrea, revisita y criba con la herramienta de la crítica. La empresa, al parecer disociada, acaba por expresar una agenda crítica coherente y temeraria, pero necesaria.
En sus manos y bajo la lupa con que labora rutinariamente el obcecado genealogista, los documentos son convertidos en discurso que incide, altera percepciones y aún alterca contra la idea que tenemos de un asunto. Sus temas suponen una aventura no tanto de desciframiento sino de transparentación. Nos hace ver lo aparentemente invisible. Expresa relaciones que estaban ahí, pero que pasaban por inadvertidas o inexistentes. Hasta que la mirada del filósofo francés las descubre se nos revela su presencia, sus correlaciones y su impacto en la vida. Foucault posee una suspicacia y un bagaje intelectuales que le permiten escudriñar donde nadie ha visto nada. De esta manera, todo archivo adviene, nada queda ileso, acontece, revela y salva.
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