PENSAMIENTO Y POESÍA EN LA OBRA DE RAMÓN XIRAU
Presenta: Álvaro Solís Castillo
JUSTIFICACIÓN
El hombre busca incesantemente una explicación de lo que le rodea y de lo que él mismo contiene, aquello que sólo él, en su más íntima soledad, puede atestiguar, tal como los sentimientos, las emociones, los temores más primitivos, su condición de finitud, etc. Lo exterior y lo interior dialogan incesantemente, el hombre es el vínculo, el punto de tensión. La explicación de lo que el hombre es, surge pues de la doble necesidad por explicar y encontrar un sentido a lo externo y lo interno, ambos polos de la existencia humana. Tal explicación se ha buscado empeñosamente desde los inicios de la filosofía, es su afán, su vocación última. El camino de esta búsqueda ha sido arduo e interminable, pero el filósofo insiste, no se cansa. Toda la tradición filosófica es testimonio de esta búsqueda, de la necesidad de explicarse, en un primer momento, a sí mismo y en una segunda instancia poder dar cuenta, de manera sistemática, a los demás. Este dar cuenta a los demás ha obligado al filósofo a ir decantando su propio método. Quizá por lo interminable de este camino es que se ha mirado hacia otras posibilidades, otras maneras (incluso ametódicas como es la búsqueda emprendida por las diferentes manifestaciones artísticas, entre ellas está la poesía como una de las de mayor importancia y prestigio). Esta intención no es nueva en la historia del pensamiento humano. Muchos se han encargado de atender estos otros caminos, alternos y simultáneos al filosofar, algunos más antiguos incluso que el propio quehacer filosófico. Esta preocupación, esta búsqueda más allá de los rumbos impuestos exclusivamente por la razón se ha dado en diferentes épocas y regiones del planeta, en diferentes entornos de la cultura el hombre ha tratado de dar respuesta cabal, testimonio razonado de aquello que lo aqueja y lo llama como preocupación genuina.
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